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Los Instrumentos
Del
Sufrimiento

La Palabra De Dios

Salmo 22:16
Isaías 53:5
Marcos 15:17

“Porque perros me han rodeado; Me ha cercado cuadrilla de malignos; Me perforaron mis manos y mis pies.” Salmo 22:16

“Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.” Isaías 53:5

“Y le vistieron de púrpura, y poniéndole una corona tejida de espinas.” Marcos 15:17

Reflexiones

Así como fue de brutal y dolorosa la crucifixión, fue simplemente la culminación, no el principio del sufrimiento de Cristo. El flagelo fue tan doloroso que la ley romana lo prohibió para cualquier ciudadano romano. La víctima era atada al poste de los azotes con el flagelo (látigo de 9 trenzas) el cual atravesaba y arrancaba la piel abierta con cada golpe. Muchos morían sólo por el flagelo. Esto explica por qué a Jesús no le fue posible el cargar solo la cruz todo el camino al Calvario. Físicamente, él ya había empezado a morir.

Como si el dolor no fuera suficiente, este iba acompañado por la gran burla. Mire a la corona de espinas, filosa y fuerte lo suficiente para literalmente remover bajo de la piel. El poner esta corona de espinas sobre la cabeza de Jesús fue un acto más allá de malicia con odio, completamente innecesario, y sin ningún precedente. Considere el insulto que representaba a la autoridad de Jesús, y el cómo forzarlo sobre su cabeza tiene que haber enviado dolor de la parte superior de la cabeza de Jesús hasta la base de sus pies atravesados. Al distanciar sus heridas, los soldados se aseguraron de que no hubiera una parte del cuerpo de Jesús que no fuera atormentada por el dolor.

Por tradición, los romanos sujetaban a los criminales a las cruces con sogas; utilizando clavos fue un ejemplo adicional de crueldad. Los soldados tomaban el clavo y el mazo y juntos cortaban a través de la piel, trituraban el hueso, y rebanaban a través del final de los nervios. Jesús sintió el dolor. No había anestesia, ni analgésico, nada que ayudara a escapar la agonía de dos instrumentos crueles de—vamos a llamarlo como lo que era—tortura.

La madera no era particularmente común en Jerusalén, así que típicamente las cruces se volvían a utilizar. No se imagine una pieza bonita, limpia de madera de Home Depot. La cruz de Jesús fue casi ciertamente una pieza de madera de un árbol marcada, manchada, y ensangrentada que había resistido la muerte de docenas de otros hombres. Este tan mundano—inclusive inmundo—instrumento de muerte y destrucción se convirtió en una preciosa herramienta para abrir la puerta de la vida y el cielo.

Todos estos artículos delante de usted son instrumentos los cuales los hombres y Satanás pretendieron para hacer daño, pero Dios los utilizó a estos en instrumentos de salvación. Él trajo paz en lugar de tortura, esperanza en lugar de desesperación, y sanación en lugar de dolor.

Lo que sea que Satanás o este mundo arrojan contra usted para destruirlo, Dios puede utilizar esos mismos acontecimientos para traer madurez, esperanza, sanación, y carácter. “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.” Romanos 8:28. Dios construye gloria celestial del dolor terrenal.

Usted pueda que se sienta como un inmundo, utilizado, e inclusive maloliente “instrumento” comparado a otros. Pero si usted le rinde su corazón a Jesús, Dios puede utilizarlo así como él utilizó la cruz. No se trata de lo que nosotros le traemos a Dios; se trata de lo que Dios trae afuera de nosotros.

Oración

Jesús, es agobiante el pensar como tú cuerpo fue triturado en mi nombre. Gracias por ser perforado por mí. Así como tú vuelves estos instrumentos de tortura y odio en herramientas de sanación y salvación, yo oro que tú harás lo mismo en mi vida. Estoy muy lejos de ser una pieza de “madera” limpia pero yo rindo a ti las partes más sucias de quien soy para ser limpiadas y para ser utilizadas por ti. En el nombre de Jesús, Amén.