3

Las
Pruebas

La Palabra De Dios

Mateo 26:57, 59
Mateo 27:1-2

“Los que aprendieron a Jesús le llevaron al sumo sacerdote Caifás, adonde estaban reunidos los escribas y los ancianos… Y los principales sacerdotes y los ancianos y todo el concilio, buscaban falso testimonio contra Jesús, para entregarlo a la muerte.” Mateo 26:57, 59

“Venida la mañana, todos los sacerdotes principales y los ancianos del pueblo entraron en consejo contra Jesús, para entregarlo a muerte. Y lo llevaron atado, y lo entregaron a Poncio Pilato, el gobernador.” Mateo 27:1-2

Reflexiones

Un hombre inocente.

Seis pruebas.

Jesús fue juzgado tres veces ante las autoridades judías y tres veces ante las autoridades romanas.

Observe que hay dos sillas separadas. Una silla representa el asiento del juicio de las autoridades religiosas y la otra representa la silla del juicio de las autoridades seculares. Los líderes religiosos básicamente dijeron: Mentiremos para que este hombre no amenace nuestras creencias y poder.” Las autoridades romanas respondieron, “Les seguiremos la corriente con sus mentiras y les permitiremos a este hombre morir para mantener la paz.”

Las dos verdades de la exhibición de los seis juicios: Jesús era total, perfecto, y completamente inocente. Esto fue esencialmente para enfatizar (¡seis veces!) que Jesús murió no por sus propios pecados—pero por los nuestros. Jesús sufrió la vergüenza de una sentencia falsa para reconciliarnos devuelta a nuestro Padre Celestial.

¿Ha sido usted alguna vez acusado de algo que no hizo? ¿Existe algo más doloroso que eso? Usted no puede esperar a declarar su caso y aclarar su nombre, y si otros no le creen, es insoportable. Ahora, imagine que usted nunca pecó y que el pecar no estaba siquiera en su naturaleza, pero no solamente es usted acusado sino condenado por un por un delito que no cometió. Aún así, no sólo es usted acusado de un acto tan atroz que la sentencia es la muerte.

Jesús aceptó esta vergüenza porque Él estaba más preocupado de completar la voluntad de su Padre y ganar nuestra salvación que de su propia comodidad y reputación.

Así como le agradecemos a nuestro Señor por este noble sacrificio, permitámonos recordar también que como nuestro Señor fue tratado, así nosotros también lo iremos a ser. Jesús le dijo a sus discípulos: “Y seréis aborrecidos de todos por causa de mi nombre; más el que persevere hasta el fin, éste será salvo.” Mateo 10:22.

Usted hablará la verdad en amor y algunos lo percibirán como odio o intolerancia. Usted se negará a ir con la mayoría y algunos responderán acusándolo a usted de ser engreído. Usted hará lo que usted sabe que es lo mejor, y algunos recibirán esto como un acto de traición, indiferencia, o insensibilidad. En todas las circunstancias, estamos llamados a hacer lo que sabemos que está bien aún si otros no lo ven de esta manera. Así como el Señor murió, así nosotros tenemos que vivir.

Jesús nos advierte en Marcos 4:17 que la persecución hará que los seguidores se den la vuelta y se alejen. Aquellos creyentes quienes no están preparados y quienes son atrapados por sorpresa cuando la gente miente acerca de ellos o los atacan debido a su fe pueden llegar a volverse resentidos y temerosos en lugar de ser determinados y valientes.

“Pues para esto fuisteis llamados; porque también Cristo padeció por nosotros, dejándonos ejemplo, para que sigáis sus pisadas; el cual no hizo pecado, ni se halló engaño en su boca; quien cuando le maldecían, no respondía con maldición; cuando padecía, no amenazaba, sino encomendaba la causa al que juzga justamente.” 1 Pedro 2:21-23

Oración

¡Padre Celestial, perdónanos por demandar mejor trato de otros que el que tú Hijo recibió! Estamos agradecidos de que no hubo ni un cargo legítimo en contra de tú Hijo; estamos agradecidos de que Él estuvo dispuesto a que mintieran acerca de Él de manera que nosotros pudiéramos conocer la verdad algún día. Ayúdanos a mantenernos por la verdad así como Jesús lo hizo—con valentía e integridad. En el nombre de Jesús, Amén.