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NuestraCruz
La Palabra De Dios
Gálatas 2:20-21“Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí. No desecho la gracia de Dios; pues si por la ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo.” Gálatas 2:20-21
Reflexiones
Porque él murió, nosotros podemos vivir. Porque él obedeció, nosotros podemos ser perdonados. Porque él fue condenado, nosotros podemos ser salvados.
Seguir a Jesús no se trata de ser el mejor, más rápido, más fuerte, o más alto. Se trata de reconocer nuestra incapacidad, admitiendo nuestra culpa, y recibir su sacrificio a nuestro favor. Todo depende de la crucifixión y resurrección.
Todo.
Cuando usted confía en Jesús para su salvación, todos sus pecados son completamente olvidados. Todos. Inclusive el peor de ellos.
Romanos 8:33-34 dice, “¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién es el que condenará? Cristo es el que murió; más aún, el que también resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.”
El viaje de Jesús al Calvario hace nuestro viaje posible a la vida eterna. Si nosotros confiamos en la muerte expiatoria y triunfante resurrección de Jesús, nuestra victoria es segura.
Nosotros queremos darle a usted la oportunidad de clavar físicamente los pecados que le han agobiado a la cruz. Haga esto como un recordatorio que Jesús ha pagado el costo de esos pecados, de manera que usted no tenga que hacerlo. Jesús ha llevado su carga, de manera que su conciencia no necesita ser más agobiada. Jesús nos llevará al cielo, de manera que nosotros no tenemos que tratar de “ganar” nuestro camino ahí.
Utilizando el papel y los lapiceros que son provistos en las mesas, escriba esos pecados que parecen pegársele a usted como pegamento. También escriba aquellos recuerdos que continúan condenándolo mentalmente. Luego tome el papel y clávelo a la cruz. Escuche a Jesús decir, “Está terminado.”
Oración
Jesús, tú eres mi única esperanza. El darme cuenta de todo lo que tú has hecho por mí trae gran gozo y paz a mi vida. Mi acceso al Padre, certeza del perdón de mis pecados, y la entrada a la vida eterna, todo depende de Ti. Yo confío en ti, te doy mi vida de nuevo, y te alabo por lo que tú has hecho. En el nombre de Jesús, Amén.